miércoles, 25 de mayo de 2011

SAN LORENZO MÁRTIR.

LORENZO Y EL SANTO GRIAL.


La leyenda dice que entre los tesoros confiados a Lorenzo de la Iglesia se encontraba la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena, el Santo Grial, y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos. Los padres de Lorenzo, los Santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y habrían llegado a la ciudad de Valencia por motivo de las persecuciones.

Según "la vida de San Lorenzo", obra del monje Donato (siglo VI), el papa Sixto II le entregó el santo cáliz junto con otras reliquias, para que las pusiera a salvo. En la cueva romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos presidida por el presbítero Justino. Allí halló a un condiscípulo y compatriota hispano, llamado Precelio, originario de Hippo (la moderna Toledo), en Carpetania, a quién entregó varias reliquias, entre ellas el santo cáliz, con el encargo de que se  las llevara a la familia que le quedaba en Huesca (sus padres vivían en Roma). Precelio llevó las reliquias a los tíos y primos de Lorenzo en Huesca que las escondieron, perdiéndose la pista, aunque algunas tradiciones afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de la localidad, de donde sería puesto a salvo por el obispo Acilso cuando huyó en 711 ante el avance de los musulmanes, para esconderse en los Pirineos.



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