San Álvaro nacio en Córdoba a mediados del Siglo XIV. Desde muy joven tuvo altas dotes de amor al estudio y decidió retirarse a un claustro, eligiendo el Convento de San Pablo de la Orden de Santo Domingo en la capital cordobesa. Debido a su Fe, amor al prójimo y carácter cariñoso, logró ser profesor de Artes y Teología, y profundizar en las sagradas escrituras, donde supo contagiar a muchos discípulos que seguían su vitalidad y doctrina.
A principios del Siglo XV, recorre España y ciudades de Italia continuando su misión de ejercicio de Fe al prójimo y en su regreso a España, con gran fama de sabiduría y santidad, se convierte en confesor de la Reina Dª Catalina de Lancaster, viuda de Enrique III, y de su hijo Juan II. Debido a su forma de ser, se gana el beneplácito y la confianza de la Corona, que le aportan para sus planes evangelizadores unas limosnas suficientes, como para que el 13 de junio de 1423, comprase Torre Berlanga y en ella situará su convento denominado Santo Domingo de Escalaceli, antigua torre moruna enclavada en la sierra norte de Córdoba a siete kilómetros de la capital.
Fray Álvaro de Córdoba, al elegir el lugar del convento, elegía el lugar más parecido a la orografía de Jerusalén. Es por ello que funda numerosas ermitas en sus alrededores. En concreto fueron tres: Cueva de Getsemaní (hoy en día llamada Ermita de San Álvaro), situada al este del convento tras el valle del torrente Cedrón, y sobre el cerro en el cual dice la tradición que San Álvaro subía y bajaba de rodillas rezando. Ermita de la Santa Cruz al norte del convento y la Ermita de Santa María Magdalena situada al oeste sobre el cerro circundante, ambas dedicadas al retiro y oración del Beato de Córdoba.
La obra más significativa sería la que realizó en el Monte Calvario al sur del edificio y que emulaba con sus tres cruces hoy en día reconstruidas, al Monte donde Jesús fue crucificado. Hasta este Monte Calvario, y desde el Santuario, Álvaro de Córdoba realizó el que sería el primer Vía Crucis de Occidente, manteniéndose hoy en día esta distinción.
Fray Álvaro de Córdoba moriría con algo más de setenta años, el día 19 de febrero de 1430 en su santo lugar debido a una lenta y penosa enfermedad. El 19 de febrero, es hoy en día la onomástica de Álvaro, en su honor.
Fue beatificado posteriormente, y en la actualidad se erige como el Patrón de las Hermandades y Cofradías de Córdoba.
Imágen de San Álvaro de Córdoba que se encuentra en el convento de Santo Domingo. |
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